martes, 15 de julio de 2008

Poetria Nova

Geoffroi de Vinsauf, ingles, habitó entre los signos XII y XIII, durante la tercera y cuarta cruzadas. Hijo de padres normandos, recibió la educación clásica de trivium y cuadrivium, e hizo carrera en la iglesia se ocupó tanto de la enseñanza como de la política, oficios que lo condujeran a escribir la Poetria Nova y a ser canciller de Inglaterra en la corte papal de Inocencio III, a quien dedica la obra. Es interesante como en la Poetria nova se entremezclan sus intereses, por una parte elabora un texto dedicado a la transmisión de una nueva forma de hacer poesía, una poesía basada en la retórica figurativa, representativa de su época. Por la otra, ayuda a resolver las dificultades que enfrentaba Inglaterra con la autoridad papal, tras la muerte de Ricardo Corazón de León y el reinado de Juan sin Tierra, quien había ofendido a la Iglesia y a Inocencio III. Esta última intención del autor se explica por la temática de los poemas incluidos en la Poetria Nova que ejemplifican los tropos y figures analizadas por el autor. La muerte de Ricardo Corazón de León, la admiración que le tenía Geoffroi, la propaganda de las cruzadas, la imagen de Dios, Adán, Eva, Cristo, el demonio, el prólogo dedicado a Inocencio y el epílogo en el cual interviene por Juan sin Tierra ante el papa Inoncencio III, son reflejo del contexto religioso y político en que habitó Geoffroi.

No obstante la riqueza e importancia histórico-política que aportan estos ejemplos, nos atañe aquí el propósito educativo que condujo el autor a redactar su obra. Ésta, de carácter didáctico, escrita en hexámetros latinos, traslada la poesía al ámbito de la retórica; esta traslación, o sincretismo entre poesía y retórica se manifiesta tanto en la organización y disposición de los temas mismos. Sin hacer uso de la nomenclatura retórica o de una división explícita, los temas expuestas en la Partitio de la obra, corresponden a los procesos o partes de la retórica. Cito “el primer trabajo es por cuál sendero debe correr ese orden; el siguiente cuidado es con qué balanza equilibrar los pesos; el tercero es empeñarse en que el cuerpo de las palabras no sea agreste sino civilizado; la labor final es que la voz regulada con buena medida entre a los oídos y acaricie al auditorio sazonada con el doble perfume del rostro y el semblante”.

A partir de estos cuatro cuidados puede hacerse un especie de esquema que corresponde a los procesos retóricos:

  1. Quo limite debeat ordo correre: DISPOSITIO
  2. Compensare statera: NARRATIO
  3. Corpus verborum: ELOCUTIO
  4. Vox: ACTIO Y MEMORIA

Pese a lo arbitrario que podría parecer esta clasificación, los estudiosos de Vinsauf, en particular Ernest Gallo, revelan la influencia de Quintiliano, Cicerón, Ovidio, Horacio, Prisciano, Séneca, Boecio e Isidoro de Sevilla en la obra del autor, de lo cual podemos suponer que Vinsauf no desconocía los estudios de retórica clásica ni su nomenclatura, pese a que en la obra no se expliciten.

Siguiendo por tal camino-clasificatorio (ausente en la obra misma y sin embargo útil para nuestro propósito), cabe resaltar que, si bien la Inventio no se menciona en los temas a tratar, ni merece un desarrollo extenso, las ideas de Vinsauf al respecto son interesantes.

De los versos 45 al 59, justo después del exordio al papa, empieza el autor con una imagen similar a la de los primeros versos de Horacio. Empero no se trata de un pintor, ni de un afán imitativo de la realidad o la construcción de algo verosímil, sino de una cuestión de orden y preconfiguración. Cito “Si alguien tiene que construir una casa, no corre su mano impetuosa a realizarla. La línea interna del corazón mide antes la obra y con un orden seguro el hombre en su interior diseña antes antes el conjunto, y antes la mano del corazón que la de cuerpo la forma toda, y su primer estado es más un arquetipo que una forma sensible. La poesía misma contemple en este espejo cual ley debe darse a los poetas: que la mano no se precipite hacia el cálamo […] que la mente discreta precediendo a la acción a fin de que florezca mejor la obra, suspenda el oficio de aquellas y largamente trate el tema consigo misma”.

Para Vinsauf el orden dispone el asunto en lo arcano de la mente, en la fortaleza del pecho: aquí se da el principio de la poesía, la cual se aleja de la teoría mimética aristotélica, desconocida como tal para el autor. Quizá sea por ello que la temática de sus poemas propuestos como ejemplos surjan de los intereses de Geoffroi, de su propia experiencia religiosa y diplomática. Además, no se alude a una tópica particular, ni se da tratamiento a la concepción o selección del tema propiamente. Es en este sentido que Vinsauf promueve una renovación en la creación literaria, la búsqueda de nuevos temas y formas de experiencias. Estos nuevos caminos son espejo de la apertura urbana del siglo XII, la transición de feudos herméticos hacia ciudades abiertas al comercio, al peregrinar cristiano, al intercambio intelectual de las universidades. Así, además de los poemas político-religiosos se revelan nuevos caminos, imagines que si bien pueden abstraerse y considerarse lugares comunes, se encuentran revestidos de los motives de la época, sus estructuras éticas y morales, sus nuevos mitos y paradigmas. Geoffroi retrata la despedida de los amantes, la descripción de una mujer bellísima con su atavío representativo de la época, la historia de dos hombres que tienen que hacer su propia comida, el banquete de los reyes, la labor de la herrería como alegoría de la poesía.

Sin más por ahora respecto a la Inventio y las fuentes poéticas, pasemos ahora a los procesos de creación tratados en la obra. Vinsauf trata primero la Dispositio, la cual “bifurca su camino”: puede seguirse un ordo naturalis, el cual sigue la vía natural y un ordo artificiales, que invierte los asuntos. La primera dispone la obra según una linea stratae, en la cual “el asunto y las palabras siguen el mismo curso y el discurso no se aparta del orden de los asuntos”. Es decir el principio al principio, el medio en el medio y el final al final. El otro camino, la ordine transpositio, es el sendero del arte, en el cual “no pierden belleza ni lo posterior en le principio, ni lo anterior en el final”. Esto se consigue mediante la destreza artística y a diferencia del orden natural que ofrece una forma única para disponer la obra, ofrece ocho formas: se puede iniciar in medias res por el medio o el final, o en cualquiera de las tres partes con una sentencia o un ejemplo. Para desarrollar tales formas, Geoffroi de un ejemplo de cada una tras haberlas explicado. Esto en cuanto a la Dispositio.

El siguiente proceso a tratar es la Narratio. Para ésta hay dos maneras de proceder: la amplificación o la abreviación. Cito “Se corre en dos caminos: pues el camino será amplio o estrecho, río o arroyo; o irás más lentamente o saltarás corriendo, o relatarás el asunto con brevedad o derivarás en un largo sermón”. De igual modo que en la invención, “la mano interior del hombre conduce a amplificar o cortar”. Si bien el autor no explicita preferencia, por la extensión de los versos dedicados a cada camino, puede deducirse su preferencia: ciertamente lo es el asunto amplificado, con un uso exhaustivo de adornos y figuras, correspondiente al espíritu y gusto de la época. Esta se obtiene mediante el uso de ocho figuras: conmemoración, perífrasis, comparación, apóstrofe, prosopopeya, digresión, descripción y oposición. [multiplice forma, sermo vicarius eius in sene vocum longa, collatio (occulte/aperte), apostropham, prosopopeia, digressio, descriptio, oppositio]. Por otra parte la abreviación se obtiene mediante siete procedimientos: énfasis, enumeración o articulación, ablativo absoluto, no repeticiones, sobreentendidos, asíndeton y fusión de preposiciones [emphasis, articulum, ablativus solus, respuat audir bis idem, prudentia docti in dictis non dicta notet, sine coniuctione, multas conflet in unam].

Finalmente llegamos a parte que mas interesa a Vinsauf, la Elocutio. A ésta dedica la mayoría de sus versos, en los cuales explica y expone con ejemplos una vasta cantidad de tropos y figuras. Estas argumentan a favor de una teoría que podría llamarse “de los colores”. Vinsauf tiene la intención de “colorear interna y externamente, pero distribuyendo el color con orden discreto”. Se procede observando primero la mente de la palabra y después su faz, la cual debe vestirse para lograr novedad. Cito: “así pues, para que el asunto tome preciso manto, si la palabra es vieja, sé un físico y vuelve lo nuevo vetusto. No quieras siempre conceder a una palabra que se asiente en un lugar permanente: residencia tal no le conviene a la misma palabra, que evite los lugares permanentes y peregrine por otra parte, y una sede agradable funde en el territorio de otra: que ahí sea nuevo huésped y agrade son su novedad”. En estas palabras subyace la noción de tropo, la cual implica una sustitución de una palabra por otra, la inversión de sintagmas. Estos pueden ser ornamentos o colores, en los cuales se lleva la palabra a un estado inerte a uno móvil, colorido, florido. Ciertamente Vinsauf privilegia el color, al cual Carolina Ponce denomina “Grave”, sobre el ornamento, “el adorno fácil”. El primero enseña a cambiar las palabras convenientemente y darles un toque grave. Y así también pueden eliminarse todos los modos de la gravedad y usarse lo llano para ser leve y de bello color mediante el adorno fácil. Para ilustrar el uso de estos modos llanos, leves, Geoffroi redacta su poema más extenso. Este poema de carácter cristiano, ofrece la visión sobre Dios, Eva, Adán el demonio de Vinsauf.

Cabe mencionar que, tanto en este poema como en los otros, el autor no explicita las figuras empleadas, de modo que la lectura del texto latino requiere de una mirada diestra, atenta y docta en los recursos poéticos, capaz de detectar los ejemplos. No obstante, la versión Carolina Ponce, única al español, ofrece al calce de la traducción los nombres latinos de los recursos ejemplificados además de una guía de los temas tratados por Vinsauf. Así mismo divide la obra en apartados y tema para facilitar la comprensión de la Poetría Nova.

Así, aun dentro de la Elocutio, Carolina titula de “teoría de las Conversiones” y “teoría de las determinaciones” a los versos que prescriben cómo realizar tropos gramaticalmente con el objeto decir las cosas con arte. Para esto haya tres modos:

  1. mediante la dicción conjugada por sus tiempos
  2. la dicción funcionada por medio de los casos
  3. la dicción que permanece inmutable

La primera trata de cómo derivar sustantivos de verbos. “Sale el sustantivo, como la rama de un tronco, del verbo, y retiene el sabor de su raíz. Eg. Para decir: “por este asunto me duelo”, se puede: “de esta fuente mana para mí el dolor”. La segunda consiste en la flexión y movilidad de los sustantivos. Así como puede extraerse un sustantivo del adjetivo, o la hipérbole de aquél, se puede flexionar el sustantivo para jugar con la función de la palabra en el verso. Eg. por “cándido es el rostro” se puede “el candor ilumina los rostros, o con los rayos del candor, o en el mundo se hace de día por el candor sólo de su cara”. El último modo consiste en movilizar las palabras indeclinables sustituyéndolas por el uso de otras expresiones: Eg. Para “entonces vendrá” puede decirse “aquél día vendrá”.

Por otra parte, para la llamada “teoría de las determinaciones”, dice Vinsauf: “porque la dicción que suena sola es como materia madre, como asunto tosco y sin forma, dale una compañera. Esta puede ser la metáfora, la duplicación de adjetivos, la determinación, la metalepsis, entre otras.

Por último Geoffroi concluye la Elocutio con distintas prescripciones: elegir las palabras según las personas y circunstancias, según las exigencias métricas de la poesía o el estilo, dentro del cual el autor hace algunas observaciones sobre el estilo cómico. Así mismo expone ciertos defectos que debe evitarse: el hiato, la repetición, periodos largos y cambios ilógicos.

Con esto pasamos al último proceso retórico: la Memoria y Actio. Expuesta en pocos versos, aconseja Vinsauf lo siguiente: Para memorizar el texto, pese a las diversas mnemotecnias o métodos recomendables, incluso las de Tulio, o las que él mismo presenta, que “configures las notas que da la libre opción de la mente, mientras te deleiten y tu aprendas con ellas”. Así mismo, que no se recargue la memoria, que no quede aprisionada, que la práctica sea su mejor compañera y se busquen los nudos que se relacionan entre sí para concatenar la obra. Para la Actio, recomienda que de tres lenguajes, “suene primero el de la boca, el segundo el del rostro y el tercero sus gestos”. Para la voz y el ánimo, sugiere que la actuación no se apodere del autor, sino que éste imite las pasiones de manera adecuada, con gracia moderada, de modo que al voz, el rostro y el gesto copien la voz, el rostro y el gesto del personaje por medio de pequeñas señas.

Así concluye el viaje retórico de Vinsauf no sin antes incluir el epílogo ya descrito anteriormente.

No hay comentarios: